Un nuevo instrumento para valorar la comprensión de la muerte en niños

Se acaba de publicar el artículo «Un nuevo instrumento para valorar la comprensión de la muerte de los niños: Propiedades psicométricas de la escala EsCoMu en una muestra de niños españoles» («A New Instrument to Assess Children’s Understanding of Death: Psychometrical Properties of the EsCoMu Scale in a Sample of Spanish Children») en un número especial sobre niños con trastorno del neurodesarrollo de la revista «Children».

Sus autores son Manuel Fernández Alcántara, Nieves Pérez Marfil, Francisco Cruz Quintana y Rafael Montoya Juárez del Grupo PATH, Macarena de los Santos Roig del grupo Modelización y Medición del Comportamiento Humano (HUM624) de la Universidad de Granada y Juan Manuel Vázquez Sánchez, enfermero del Hospital Niño Jesús en Madrid.

Este es el primer instrumento validado en castellano que permite conocer hasta qué punto los niños comprenden el fenómeno de la muerte.

En este estudio se describe la creación y validación de la escala EsCoMu‐Escala sobre el Concepto de Muerte, que valora la comprensión de la muerte de niños de primaria, centrándose en las cuatro dimensiones descritas por Speece y Brent: universalidad, irreversibilidad, cesación de funciones y causalidad.

La versión final de la escala consta de 27 items que plantean cuestiones que pueden ser contestadas con un sí o un no. Por ejemplo: ¿Una madre se puede morir? Los resultados de este estudio reflejan que la escala presenta una adecuada fiabilidad y consistencia interna.

Aunque los niños con 8-9 años comprenden ya bastante bien lo que es la muerte, la causalidad (entender cuáles pueden ser las causas de la muerte de una persona) es el concepto que los niños adquieren a edades más tardías. No se observaron diferencias entre sexos, ni tampoco con respecto a si el niño había sufrido una muerte recientemente.

Este es el primer instrumento validado en castellano que permite conocer hasta qué punto los niños comprenden el fenómeno de la muerte. Debido a su sencillez, puede ser una herramienta de mucha utilidad para docentes, personal sanitario e investigadores.

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